Los peruanos estamos orgullosos de nuestro país, de nuestra diversidad, de nuestra cultura y celebramos la gloria de Machu Picchu como patrimonio mundial. Sin embargo, cuando se trata de elegir a nuestras autoridades, ¿acaso nos preguntamos qué propone la candidata o el candidato de nuestro interés para defender el patrimonio natural y cultural del país, del que nos sentimos tan orgullosos? ¿qué propone para defender los derechos de los pueblos indígenas y originarios? A veces parece que nuestro orgullo se reduce y nos resignamos al mal menor o, simplemente, a lo que hay. ¿Hasta cuándo nos conformaremos? ¿Es realmente lo único que nos queda? Aquí me atrevo a proponer dos preguntas básicas sobre estos temas que todas y todos deberíamos hacerles a nuestros candidatos. 

¿Cómo nos convertimos realmente en un país intercultural?

La pandemia y lo que venimos pasando nos han evidenciado de la forma más cruda y real las necesidades de nuestro país, y cómo en doscientos años nos hemos quedado atrás en tantas cosas tan básicas como educación y salud, pero también electricidad, agua, esquemas de atención para poblaciones vulnerables y, claro, la falta de interculturalidad, entre muchas más. Sin embargo, nuestra fría y distante campaña política y sus diversos candidatos se enfocan en discursos o mensajes sin contenido. Nos dicen “me preocupa la educación”, o “nuestra prioridad es salud”, “tendremos agua para todos los peruanos”, pero no hay nada nuevo en esto. Sus planes de gobierno repiten propuestas, pero nada en ellos me dice el cómo. El cómo es, hoy por hoy, lo que quiero saber, lo que me merezco como peruana, los planes de gobierno y múltiples esquemas no reflejan efectividad. ¿O será que, simplemente, ya no confío?

Me pregunto qué es lo que realmente quiero, qué es lo que puedo exigir y quién responderá por ello. Quisiera sinceridad, transparencia, es decir: “Esto puedo hacer en cinco años”. Ver una ruta clara, que lleve a mi país en esquemas de equidad e igualdad de condiciones para todos los peruanos. El Perú es un país diverso donde cada una de nuestras regiones muestra escenarios diferentes, cuando uniformizamos nuestro actuar perdemos nuestra riqueza. La educación para nuestros niños en la sierra peruana es diferente a la de la Amazonía, donde la atención de salud en pueblos indígenas amazónicos es diferente a la de nuestros pueblos indígenas andinos. Quiero que tengamos las mismas oportunidades, que nuestras diferencias sean vistas como una oportunidad y como parte de nuestra riqueza, y exijo saber cómo piensan alcanzar ese objetivo.

¿Cuál es su ruta hacia la interculturalidad en cinco años?

Quisiera, y merezco, candidatas y candidatos, que conozcan nuestro país y sus necesidades, no que solo viajen y se pongan vistosos sombreros; no quiero gurús o inventores de la pólvora con eslóganes maravillosos. Quiero acciones concretas que me expliquen y que también me rindan cuentas de cómo están trabajando por los derechos de todos, integrando las distintas visiones, trabajando en un Estado que sea accesible para todas y todos. Recordemos que sin una visión compartida de desarrollo, no llegaremos al Perú que merecemos y al que nos debemos.


(Foto: Diego Pérez)